En las primeras semanas, los recién nacidos solo pueden ver a una distancia muy corta, aproximadamente entre 20 y 30 centímetros, lo justo para enfocar el rostro de quien los sostiene. Ven en blanco y negro y apenas distinguen formas o detalles. Su visión es borrosa y carecen de la capacidad de fijar la mirada o seguir objetos en movimiento.
A partir del primer mes, comienzan a mejorar la coordinación entre los ojos, empiezan a reconocer rostros familiares y pueden seguir objetos con la mirada durante breves momentos. Entre los dos y tres meses, los bebés ya perciben algunos colores y muestran preferencia por ciertos estímulos visuales, especialmente los contrastes.
El desarrollo visual continúa rápidamente durante el primer año de vida. Alrededor de los seis meses, muchos bebés ya tienen una percepción más clara del entorno, mejoran su coordinación ojo-mano y pueden seguir objetos a mayor distancia. No obstante, el sistema visual no se considera completamente maduro hasta los cinco o seis años de edad.
Es fundamental prestar atención a ciertos signos que podrían indicar una alteración visual, como movimientos oculares anómalos, falta de contacto visual, desinterés por los objetos, o un ojo que se desvía con frecuencia. En estos casos, es recomendable consultar con un profesional.
Desde ÓpticaPRO by Lázaro recomendamos realizar una primera evaluación visual entre los seis y doce meses, especialmente si existen antecedentes familiares de problemas oculares. Detectar a tiempo cualquier alteración es clave para garantizar un desarrollo visual adecuado y una mejor calidad de vida.